Los dominios son más que los nombres que le son asignados a las páginas web que poseas. El dominio es uno de los elementos que colabora a atraer al usuario y ayuda a tu proyecto a ser reconocible en las redes. Si se trata de una tienda online o el sitio web de una empresa a la cual le quieres hacer promoción, es parte de su identidad. De hecho, si hacemos una comparación rápida, el dominio actúa como la matrícula de tu auto, pues individualiza a la página entre todas las existentes en el tráfico digital. Los usuarios tendrán mayor facilidad a la hora de encontrar tu sitio web gracias al dominio, así que sin duda es algo que no puede faltar.
Puede que esto se vea realmente sencillo, pero a nivel técnico esto tiene cierto grado de trabajo que resulta muy especial para quienes, durante años, nos hemos dedicado a este sector del mercado. Además del dominio que puedes ver, hay una dirección a un servidor de sistema de nombres de dominio, el cual está vinculado con la dirección IP donde están los archivos y toda la información de tu página web. Gracias a todo esto, el dominio y el sitio web queda enlazado y es allí cuando todos los usuarios y potenciales clientes logran encontrar tu página.
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Importancia de crear el dominio de tu sitio web
En primer lugar, todas las características principales del producto que ofreces al público tienen su génesis del dominio, por eso todas las grandes empresas tienen éxito, conjugan su nombre con la página web, correos electrónicos, cuentas bancarias e incluso en sus anuncios. Con el dominio estás creando tu propia marca, así que es algo que no puedes dejar pasar.
Por otro lado, al realizar el registro del dominio, evitas que otras personas puedan tener el mismo nombre que tu empresa, es un seguro y un bien “espacio” digital que está a tu nombre, es un seguro que nadie puede quitarte a menos que lo cedas. También puedes direccionar a tus clientes y usuarios tanto a un blog como a otros sitios web solo con tu dominio.
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¿Qué debo hacer una vez que tenga el nombre del dominio?
Aquí empieza lo interesante, pues cuando tengas el dominio debes crear tu página web y un correo electrónico, debe ser profesional, representativo, práctico y que ayude a la comunidad interesada en tus productos a llegar a ti.
Será uno de los medios de contacto de tu empresa que podrás compartir con tus clientes, también deberás crear cuentas en diferentes redes sociales para que tus usuarios te sigan y puedan tener acceso a la información de la tienda o de la empresa que posees, esto impulsará las ventas y tendrás más ganancias. Por último, puedes hacer una inversión en nombres muy buenos de dominios y venderlos en el futuro.
Cuerpo del dominio y las políticas de privacidad
La anatomía de los dominios se divide en dos partes, el nombre y la extensión de búsqueda. El dominio puede ser tu nombre de pila, una frase, o cualquier cosa que tenga relación con el producto que vas a ofrecer. La extensión es la terminación del URL de tu empresa, puede ser .com, .es, .fr, etc. Con respecto a la privacidad, los números y nombres deben registrarse en una base de datos pública especial llamada WhoIs, esto está establecido según las políticas de ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números). Con esto no solo se evitan los plagios, sino las estafas y el robo de identidades.
Como sugerencia, lo ideal es que el nombre del dominio sea fácil de recordar y que tenga un atractivo especial para los usuarios, algo que llame la atención o simplemente que sea fuera de lo común. Evita que ese dominio tenga derechos de autor o que sea una marca que existía previamente, pues eso genera pleitos legales serios.
¿Puedes desvincular la página de la dirección IP?
Si, esto es algo que la mayoría de las empresas y tiendas online llevan a cabo cuando las ventas se incrementan y el negocio crece, pues buscan que la presentación de su web sea más eficaz, funcional globalmente y ágil, entonces buscan a otras compañías que presten el servicio de alojamiento y cambian todo. Lo único que debes hacer es mover todos los archivos y documentos de tu sitio web a otra dirección IP, es decir, la que se te haya sido asignada por la nueva compañía, luego configuras el dominio para que al momento de que los usuarios vayan a ingresar al link del sitio web, sean direccionados sin problemas.
No te preocupes por lo cambios, el nombre se sigue manteniendo así que migrar o desvincular la página con el IP que tenía anteriormente no va a suponer ningún problema.